Luis Gabriel Castro

El insigne cronista nació en la Villa del Rosario el 19 de agosto de 1896 en la humilde vivienda, todavía en pie, situada en la carrera 7ª N°8-40 del barrio Centro, y murió en Cúcuta el 7 de febrero de 1955 a la edad de 58 años.
El 11 de octubre de 1896 recibió las aguas bautismales de manos del presbítero Manuel María Lizardo Peña, a quien se debe la construcción de la cúpula del Templo Histórico y el primer sanatorio de la nueva ciudad conocido como Hospital del Sagrado Corazón de Jesús, después del terremoto del 16 de mayo de 1875.
Cursó estudios primarios en la escuela de varones de su ciudad natal; obtuvo el título de maestro en la Escuela Normal de Cúcuta (1915-1918). Fue director de la escuela de Villa del Rosario (1919); director de la escuela de Cúcuta (1920-1921); secretario de la Escuela Normal (1922-1923); jefe de la Oficina de Permanencia de Cúcuta (1923); director de Estadística del Departamento Norte de Santander (1927-1935); juez de Ejecuciones Fiscales (1936-1941); secretario perpetuo del Centro de Historia del Norte de Santander del que fue fundador y miembro de número (hoy Academia de Historia); miembro correspondiente de los centros de historia de Ocaña y Bucaramanga y presidente de la Asociación de Periodistas de Cúcuta. Escribía para los periódicos “Hoy”, “Sagitario” y “Comentarios”, y para las revistas “Hacaritama” y “Gaceta Histórica”. Fue condecorado con la medalla de la Orden de Miranda, fundador de la papelería el Zigzag en la capital nortesantanderana, diputado a la Asamblea del departamento y Concejal por la jurisdicción de Cúcuta.
El 5 de septiembre de 1929 contrajo matrimonio en la iglesia de San Antonio con la señorita Candelaria Galvis Bautista, y oficiaron de padrinos el historiador Luis Eduardo Romero y su hermana Edelmira Romero. De esa unión nacieron: Luis Erasmo, Gabriel Adolfo, Guillermo Noel, Cruz Bolivia, Luz de Belén, Régulo y Carolina Castro Galvis.
En 1933 obtuvo el primer lugar en el concurso departamental sobre la capital del departamento con su trabajo “Monografía de Cúcuta”, la cual fue publicada en 1933. Sin embargo, por su escasa edición, este texto se ha diluido entre otras monografías plagiarias que no reconocen el crédito a su verdadero autor.
En 1940 la Asamblea Departamental del Norte de Santander en conmemoración del centenario de la muerte del General Santander, abrió concurso para premiar el mejor ensayo histórico-geográfico, y bajo el seudónimo Amadís de Gaula, participó con su obra “La Capital de la Gran Colombia” ganándose el certamen. Posteriormente, con la misma obra y el mismo seudónimo, participa por invitación del Centro de Historia de Santander en el concurso anual de 1942, y nuevamente es laureado con el primer lugar.
En 1943 la Asamblea de Periodistas del Departamento ¾de la cual el escritor tenía el honor de ser su presidente¾, a moción del señor Carlos Ramírez París elevó la solicitud al gobernador de entonces, Carlos Ardila Ordóñez, para que se editara en la imprenta oficial la primera reproducción de la obra, dada su “gran importancia para los países libertados por el Genio de América, especialmente para Venezuela, Colombia y Ecuador” con motivo de un intercambio cultural colombo-venezolano a efectuarse el 20 de julio de ese mismo año.
En 1971, siendo secretario de educación el poeta Miguel Méndez Camacho, hijo de su dilecto amigo, paisano e historiador como él, Constantino Méndez, con motivo de los actos del Sesquicentenario del Congreso de la Gran Colombia se prensó la segunda edición de la obra en la desaparecida Imprenta Departamental.
Los frutos de la investigación ardorosa de nuestro historiador no estuvieron exentos de un hado desafortunado, pues creaciones suyas como el “Diccionario biográfico de próceres y hombres notables del Norte de Santander” facilitado al el padre Daniel Jordán, y la “Biografía del General Santander”, a su colega Belisario Matos Hurtado, se perdieron en posesión de estos amigos.
El 13 de octubre de 1998 los hijos del historiador donaron al municipio de Villa del Rosario los archivos y documentos personales de su padre; y aunque el alcalde de entonces Octavio Martínez Acuña y su secretario de Cultura y Turismo, Juan Daniel Jaimes, prometieron resguardar el valioso material bibliográfico entregado, los mismos desaparecieron bajo sus administraciones sin que haya sido posible hasta hoy rescatar de sus manos este inestimable patrimonio público.
Actualmente, se adelantan ante el gobierno local las gestiones para adquirir la casa paterna del cronista y construir en ella el mausoleo donde se exhiba su obra y se depositen sus restos que reposan en la iglesia de San Antonio de Cúcuta, a objeto de que sea frecuentado como otra de nuestras atractivas prendas culturales en el recorrido turístico por la ciudad.
De igual modo, se exhorta al cabildo y a la alcaldía municipal para que se institucionalice su texto “La Capital de la Gran Colombia”, como cátedra obligatoria en todos los centros educativos de la ciudad, sorteando todas las trabas burocráticas que se han aducido siempre para su aplicación; así mismo, que se inicie un proceso jurídico que permita recuperar de la posesión ilegal de los sospechosos, la obra manuscrita y los demás textos obsequiados por los descendientes del pendolista.
Con Luis Gabriel Castro, Villa del Rosario se jacta no sólo de ser el escenario más importante de la gesta de la Independencia y cuna de varios de sus más insignes próceres, sino también de contar con la obra que compila de manera minuciosa los hechos de la epopeya de la Gran Colombia que tuvieron lugar en su suelo, y cuyo rigor científico es ponderado por los investigadores y académicos de nuestra historia.

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